miércoles, 8 de abril de 2015

Fernando Maura: «Rosa Díez no permite la crítica que ella hacía a Zapatero» (Libertad Digital, 8 de abril de 2015)

  • El eurodiputado explica los acontecimientos desde el verano de 2014 que han desatado una crisis sin precedentes en al formación magenta
MARIANO ALONSO 
La bolsa de mano que porta Fernando Maura (Bilbao, 1955) no es, como erróneamente pensaba el entrevistador, un equipaje de mano para Bruselas, sino, aclara el aún eurodiputado pero ya no militante de UPyD, “mi kit de gimnasio”. Maura nos conduce en una soleada mañana en el norte de Madrid a un restaurante todavía sin clientela. Un lugar tranquilo para, con la compañía de un café con leche, hablar sobre la crisis que vive su partido.
¿Ha recibido alguna comunicación del partido sobre su suspensión cautelar de militancia?
Ninguna, a mi compañero Enrique Calvet sí que le ha llegado un burofax explicándole las razones, pero a mí no. Me enteré el Viernes Santo por la noche, por una llamada de un compañero suyo.
¿No ha hablado con nadie de la dirección?
No.
Mucha gente considera que usted se merece la suspensión cautelar, particularmente por su participación el pasado 13 de diciembre en un acto de Movimiento Ciudadano, con Albert Rivera, justo después de que fracasasen los contactos entre Ciudadanos y UPyD.
El vídeo está a disposición de quién quiera verlo. Como usted dice era un acto de una plataforma, no de un partido. En ningún momento hice una cita concreta ni a UPyD ni a ninguno de sus dirigentes. Por otro lado, no dije nada que no hubiese dicho previamente por escrito en mi blog y en algún artículo en prensa aquellos mismos días. Fue una intervención impecable desde el punto de vista estatutario.
¿Cómo surgió esa intervención?
Tuve una entrevista con algunos miembros de Ciudadanos que me lo sugirieron, para que expresara lo que ya digo que había expresado por escrito. Me pareció correcto. La línea roja es no intervenir en un acto de otro partido, y no lo hice.
Hay gente que se pregunta que si Francisco Sosa Wagner abandonó su acta de eurodiputado por qué usted no lo hace.
A Paco Sosa le destituyó el Consejo de Dirección como jefe de la delegación en el Parlamento Europeo. No estoy en la misma situación. En primer lugar, no sé exactamente de qué se me acusa. En el Parlamento Europeo estoy vinculado a ALDE, el grupo donde estamos los representantes de UPyD y de Ciudadanos, pero también una señora del PNV y otro de CDC. Estoy desarrollando a plena satisfacción mi función, votando en un 98% el programa electoral de mi partido, uno de los índices más altos.
Lo que han hecho conmigo y con Calvet no tiene precedentes. Conviene recordar que Rosa Díez era precisamente eurodiputada del PSOE cuando vertía duras críticas al que entonces era su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. Críticas que se centraban, sobre todo, en la negociación con ETA, le acusaba de connivencia con la banda terrorista, y nunca fue expedientada por ello.
La historia del grupo de UPyD en la Eurocámara empezó mal desde el principio. La primera división seria ocurrió con la votación de Jean Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea. Usted y Sosa Wagner votaron a favor mientras que Maite Pagazaurtundua y Beatriz Becerra se abstuvieron, que era la posición de la dirección del partido.
Los estatutos de UPyD dicen que no hay mandato imperativo, lo dicen explícitamente. Paco Sosa y yo votamos a Juncker porque entendimos que el partido hacía una lectura errónea de lo que suponía la votación del presidente de la CE. Creían que era lo mismo que votar a Rajoy, y no tiene nada que ver. Son dos planos distintos, el español y el europeo. En el contexto comunitario tenemos grupos de extrema izquierda y de extrema derecha populistas que directamente niegan el proyecto de la UE, eso son unos doscientos de los setecientos que tiene el Parlamento. Por lo tanto, o haces una alianza de grupos que defiendan la construcción europea o llegas a una situación imposible. Imaginemos, aunque sea difícil, que por el voto de los cuatro eurodiputados de UPyD Juncker no sale elegido presidente. Hubiese sido una situación muy difícil, la nominación del presidente volvería al Consejo Europeo y de ahí saldría, seguramente, un candidato más controlado por los grandes países europeos, sin el refrendo en las urnas que, nos guste o no, tiene Juncker. La alternativa hubiese sido un candidato tipo Barroso, más técnico y acomodaticio a Alemania, mucho menos europeista. Sin negar los errores de Juncker, ahí está el escándalo de Luxleaks. Yo además acababa de ser elegido vicepresidente de ALDE y votar en contra del grupo hubiese sido muy delicado.
Enrique Calvet, que sustituyó a Sosa Wagner, ha dicho que Maite Pagazaurtundua no está a la altura para ser la jefa del grupo de UPyD en Bruselas. ¿Lo comparte?
No voy a opinar. En mi primera conversación con esta señora después de la destitución de Paco Sosa le dije que la decisión había sido legal, basada en una norma aprobada unos días antes por el propio Consejo de Dirección, pero ilegítima.
Nos conocimos cuando era parlamentaria del PSE, mucho antes de que ETA matase a su hermano. No tuvimos mucho contacto, aunque en el País Vasco la relación de los que estábamos en el PP con los socialistas era muy correcta y cordial.
Me gustaría saber en qué medida Rosa Díez fue clave para que usted abandonase el PP y se incorporase a UPyD.
Mire, a mediados de la década pasada yo saludé la irrupción de Ciudadanos en Cataluña, me parecía ya entonces que el esquema del bipartidismo se estaba agotando, pues no tenía capacidad de regeneración. Con todos los elementos positivos que tuvo el paso de Aznar [José María] por La Moncloa no se resolvieron problemas como la independencia del Poder Judicial o la lejanía entre representantes y representados fruto de nuestro sistema electoral. Me fui a Barcelona a hablar con Rivera, mucho antes de que conociera él a Rosa Díez. Luego Rosa me dijo que le llevaría a un acto en San Sebastián con Savater [Fernando] y Carlos Martínez Gorriarán. Elogié el acto en un artículo en El Correo, y eso ya levantó recelos en el PP. A partir de entonces debió de producirse una ruptura en la relación entre Rosa y Albert. Ya en el verano de 2007 Rosa me invitó a un acto de la Plataforma Pro, el embrión de UPyD. Me sentó a su lado y estuvimos de acuerdo en el combate al nacionalismo y en la necesidad de una regeneración democrática, que yo enfaticé en mi discurso. Reconozco que en ese momento la valentía y la generosidad de Rosa acreditaban un liderazgo importante. Ahora todo ha cambiado, le ha faltado altura de miras.
Hay una cosa que mucha gente no termina de entender de dirigentes críticos de UPyD como usted. Nadie podrá decir, desde luego, que Rosa Díez ha engañado a alguien en su postura sobre Ciudadanos, siempre ha sido reacia al acuerdo, incluso desde 2007, cuando dio el primer portazo a Rivera. ¿Se han caído ustedes del guindo precisamente ahora?
Lleva usted razón, pero con un matiz. Hasta el 25 de mayo de 2014 [fecha de las elecciones europeas] son dos partidos que coexisten en territorios distintos. Entonces Ciudadanos obtiene dos tercios de sus votos fuera de Cataluña. Emerge un partido con ambición nacional, por eso todo cambia y la respuesta tenía que ser distinta. Si no hay acuerdo uno de los dos barrerá al otro. En la transición había muchos partidos socialistas, pero el electorado eligió a uno, que se llamaba PSOE. Si no resuelves tú los ciudadanos lo harán, y lo han hecho eligiendo a Ciudadanos. Eso fue de lo que habló en verano Paco Sosa.

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