lunes, 30 de abril de 2018

Tu amor es un periódico de ayer (6/9) Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Almuerzo con Carlos Ariel

Como es costumbre en la ciudad del atasco permanente, mi interlocutor me recoge en el hotel para dirigirme hacia el centro histórico de la ciudad. Por el camino me muestra los centros de votaciones a los que considera que acudiremos el domingo, la historia de la ciudad y la economía general de Colombia. Las minas, que son concesiones del Estado —me explica—. Todo muy parecido a como lo dejamos los españoles, donde el Virrey fue sustituido por el Presidente de la República.

Vistas desde el comedor del restaurante
Almorzamos en el hotel en el que se aloja nuestro común amigo Eloy García, en un comedor con vistas a los edificios más emblemáticos de la ciudad. Ariel me habla de la extracción social de los dirigentes colombianos, de la situación económica de la familia del Presidente Santos (propietaria del medio más influyente de su país) y de otros casos... generalmente -me dice-, la clase política colombiana es de origen criollo. De esas gentes que se levantaron en armas contra los españoles sólo para repetir nuestros procedimientos.

La tarde es agradable, una especie de tardoverano bogotano. Las gentes inundan las calles con su mercadeo de productos bajo la estólida vigilancia de los edificios más característicos de la capital. En el patio de armas del palacio presidencial (el presidente vive en las habitaciones traseras) se produce un cambio de guardia con gran fanfarria de bandas y soldados.

Me sorprende que antes de que los soldados, en posición de firmes, escuchen con respeto -como el público-, primero el himno nacional, después el de la bandera, suenen los acordes de la Marcha Radeztky, con lo que me tengo que reprimir para no aplaudir en los momentos en que lo hacen los asistentes a la Ópera de Viena todos los días 1 de enero.

Sábado, 10

Ese día he sido invitado a comer en la residencia del embajador de España. Su mujer, María Basagoiti, tiene orígenes bilbainos con lo que el almuerzo discurre con la familiaridad que producen las gentes y las situaciones compartidas.

De regreso al hotel, me dirijo al salón de reuniones que utiliza nuestra misión de observación electoral, pero está vacía. Por allí anda también el socialista —y miembro de su ejecutiva— Paco Salazar.

Una de las responsables de la organización nos dice que el grupo (que andaba de visita turística) ha quedado atrapado en un trancón. Tardarán en llegar unos minutos aún.

Junto a los mostradores de recepción nos aborda una persona que dice ser miembro del partido del candidato Petro y que éste quiere hablar con nosotros. Yo no veo claro el propósito de la entrevista, no la he pedido y me extraña que uno de los candidatos pretenda hablar con un observador electoral internacional.

Me dirijo a mi habitación cuando recibo un whatsapp de Ángel Peccis que me invita a acompañarle, a él y a su mujer, que están tomando un café en el bar del hotel.

Vuelvo a bajar y converso con el matrimonio Peccis. Al parecer el candidato Petro ha llegado al hotel e insiste en entrevistarse con nosotros. Comunico a su representante que en todo caso sería un saludo de cortesía: nuestra misión no consiste en entrevistarnos con los candidatos.

Pero Ángel Peccis abandona por un momento nuestra reunión y se dirige a conversar con el grupo en el en el que se encuentran los que apoyan a Petro. Vuelve Ángel a nuestra zona en el bar y me dice que Paco Salazar quiere entrevistarse con el candidato. Yo le insisto en que esa no es la cuestión, que nosotros no hemos venido a Colombia para defender ante el CNE posiciones concretas de los candidatos.

Finalmente Petro abandona el hotel. Pero al cabo de muy poco tiempo le llega a Paco Salazar la denuncia del grupo de Petro por su deficiente protección (el día siguiente, el representante de IU nos enseña un vídeo en el que el aludido candidato de la izquierda recibiría tres impactos de bala a la entrada de un pueblo.

Reunidos como nos encontramos con la organización electoral para la preparación del «Día D», reportamos de esta situación a las autoridades. Unos minutos después, Angel Peccis recibe un mensje de whatsapp en el que se le informa acerca de las medidas de seguridad asignadas al candidato en cuestión. Se trata de la información que remite el gobierno al magistrado Alexander Vega. Dice lo que transcribo a continuación:

«Primer anillo de seguridad.
16 hombres de uno y 8 hombres de policía al mando de un mayor de la policía.
2 vehículos blindados nivel 3 y 2 vehículos blindados nivel 4.
3 vehículos seguidores.
Chalecos reforzados para su uso.
La seguridad en cada desplazamiento en más ciudades está a cargo de la policía donde en promedio se asigna más de 150 hombres»

domingo, 29 de abril de 2018

Tu amor es un periódico de ayer (5/9) Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Innovaciones técnicas


Papeleta de voto al Senado

El Presidente Santos abandona la sala y sube al estrado Jaime Hernando, que nos hablará sobre innovaciones técnicas en la situación preelectoral, electoral y poselectoral para estas elecciones de 2018.

Hernando nos explica que para votar hay que mostrar la cédula de ciudadanía (similar al DNI español). Explica con satisfacción que se han presentado 400 candidatos más a estas elecciones que a las anteriores. Una parte de la disputa se debe al voto preferente (listas abiertas), lo que lleva a que los candidatos de los partidos luchen entre sí de forma muchas veces más enconada que lo hacen contra otros partidos.

Al elector se le entregan las papeletas al Congreso y al Senado (que como consecuencia del voto preferente se convierten en un verdadero jeroglífico). Sin embargo, las papeletas para la consulta interpartidaria (primarias) se debe rogar por los electores interesados en la mesa.

En Colombia —informa Jaime Hernando— el voto en blanco puede tener sus consecuencias: en el caso de que la mitad más uno de los votos sean blancos se repiten las elecciones y los candidatos no pueden ser los mismos.

Se utiliza para votar en Colombia la biometría, o autenticación de la personalidad de los electores a través de la huella digital. Se trata de una práctica muy habitual en el pais para actividades como la adquisición de alcohol, entrada en los cines...

La práctica, inveterada en Colombia, de la compra de votos ha producido la prohibición del uso de móviles en los colegios. El elector que ha pactado vender su voto (alguna otra fuente asegura que su precio oscila entre 15 y 30€) hacía una foto de su papeleta electoral antes de introducirla en la urna, requisito esencial para percibir el abono de la cantidad.

Finalmente nos explica que a requerimiento del votante la mesa le entrega un diploma de votación, para aumentar la participación electoral las autoridades ofrecen determinadas prestaciones (medio día de descanso, descuento en la matrícula de los estudios...) El orden del escrutinio empezará con el voto de primarias.

Ydairis Yolima interviene de nuevo

Nos explica la presidenta del CNE el método de elección de los componentes del organismo. Los eligen las dos cámaras, en dos listas, una de 6 miembros y otra de 3. En total son 9.

La Cámara de Representantes asume la representación departamental (como los Senados en los países con estructura federal), con excepción de las comunidades indígenas, afrodescendientes o los colombianos del exterior, que tienen su propia asignación de curules.

La trashumancia es delito, lo mismo que inscribirse para votar cuando se está inhabilitado, no reportar los gastos electorales... la política judicializado, afirma Yolima con expresión admirativa.

Se refiere también al problema de género. Hay una cuota del 30%, por la cual ninguno de los dos sexos podrá tener en listas una representación inferior a ese porcentaje. Una lista del 100% de mujeres estaría prohibida.

El umbral de voto para obtener representación institucional se establece en un 3%.

Funcionamiento del sistema electoral en Colombia

La autoridad electoral la componen dos organismos autónomos :
- La Registraduría Nacional del Estado Civil, a la que corresponde el registro de la vida civil e identificación de los colombianos y la realización de los procesos electorales. Se organiza en dos niveles, el central, competencia nacional, y el desconcentrado, en las circunscripciones electorales.
- El Consejo Nacional Electoral, que regula e inspecciona la actividad de partidos y movimientos políticos.

El voto en Colombia no es obligatorio

En cuanto a las condiciones de elegibilidad se refiere,:
- para ser senador, el candidato debe ser colombiano de nacimiento y tener 30 años,
- para ser representante en la cámara, basta con ser ciudadano y tener 25 años.

Los candidatos deben ser avalados por un partido o movimiento político o por un número significativo de ciudadanos, en listas que pueden ser abiertas (con voto preferente) o cerradas. En todo caso deben llevar al día los registros de ingresos y gastos de la campaña.

El 11 de Marzo se producirá la elección de las dos cámaras de la manera siguiente:

- Senado, 108 senadores (100 por circunscripción nacional, 2 indígenas, 5 de las FARC, de acuerdo con lo pactado en La Habana. El curul restante será para el candidato a Presidente de la República que no resulte electo, con lo que se le garantiza su presencia en la vida política).
- Cámara de Representantes. 172 miembros (161 corresponden a los 32 Departamentos y el Distrito Capital, 2 afrodescendientes, 1 por la comunidad raizal del Departamento de San Andrés Providencia y Santa Catalina, 1 por las comunidades indígenas, 1 por la circunscripción exterior, 5 por las FARC).

Los ciudadanos con derecho de voto en estas elecciones son 36,418.741, en 11.231 puestos de votación

Los candidatos que participan son 2.739.

En Colombia existe “ley seca”. Desde las 18;00 del sábado hasta las 00:00 h del lunes se prohíbe la venta y expedición de bebidas alcohólicas.

sábado, 28 de abril de 2018

Tu amor es un periódico de ayer (4/9) Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Conociendo a los restantes delegados

Carlos Prado, que viene de Galicia y es especialista demoscópico, se encuentra conmigo en el hall del hotel. Tenemos amigos comunes. Carlos ha participado en otros procesos electorales en Colombia.

Como dicen los andaluces, se nos van cayendo los palos del sombrajo respecto de la importancia que tiene en Colombia el acuerdo de paz. Un acuerdo que supone factor de división de la sociedad colombiana, visto desde España; aquí, en Colombia, apenas si preocupa ya.

Está allí, Paco Salazar, del PSOE y el representante de IU. Esperamos también a la delegada de Podemos, que finalmente no podrá asistir. (Algún mal pensado creerá que éstas no son sus elecciones).

Conocemos al director del CNE, el joven Alexander Vega y a alguna otra persona, antes de que se inicie la desbandada hacia nuestras respectivas habitaciones.

Viernes, 9. Sesión inaugural

Las palabras de la presidenta del CNE, Idayris Yolima Carrillo dan comienzo al acto. La Presidente, con su estrecho traje de chaqueta blanco, nos explica que se trata de las primeras elecciones que se producen desde el acuerdo de paz y pone en valor la importancia de la observación internacional.

En Colombia hay 1.102 municipios. (Con casi 50,000.000 de habitantes. España, con menor población, cuenta con más de 8.000).

Se ha diseñado un sistema de testigos electorales de los partidos (una especie de agentes electorales, los conocidos como apoderados e interventores españoles). Y disponen de una aplicación de móvil para que reporten a sus partidos respecto de las incidencias de la jornada electoral. Una aplicación que no utilizan los escasos testigos con los que nos encontramos.

Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia
Discurso del presidente Santos

Describiría el Presidente a su país como la democracia más antigua, pero siempre permeada por la violencia. En las últimas elecciones la preocupación era si éstas se podrían celebrar y en qué parte de Colombia, porque las FARC dominaban amplias zonas del territorio. La diferencia es que ahora las FARC están haciendo política. Es el cambio de las armas por los argumentos, las balas por los votos.

Dedicaría después Santos un velado reproche a la oposición —a Uribe—. Para a continuación expresar su voluntad de que sea la elección más transparente, y en este sentido nos informa que ha sido la campaña electoral en la que se han registrado el menor número de incidentes. Contando con la decisión del ELN de mantener un alto el fuego, éstas podrían ser las elecciones mas pacíficas.

Continuaría el Presidente manifestando su preocupación por la gran abstención que se produce en Colombia. Su pretensión es incrementar la participación, especialmente en las zonas del país en las que se ha producido el conflicto armado.

También -añadiría Santos- hay problemas con el post-conflicto. ¿Quién ocupará el territorio que abandonan las FARC?, se pregunta. Se han producido asesinatos a defensores de los DDHH, crímenes que el Presidente condena sin paliativos, pero que no tienen nada que ver con el proceso electoral.

viernes, 27 de abril de 2018

Tu amor es un periódico de ayer (3/9) Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Ángel Peccis, de la OEI

Mi cita del jueves por la mañana tiene lugar con el director de la OEI (Oficina en Colombia de la Organización de Estados Iberoamericanos).

Me recoge en el hotel Jorge, hombre de pocas palabras, que no arriesga ninguna contestación comprometida a mis preguntas. La discreción hecha persona.

Las oficinas de la OEI no se encuentran alejadas de la residencia del embajador español y del Club El Nogal, cuyo atentado ya ha sido descrito antes. Ángel es un aragonés vital y extrovertido, que desde la aprobación del acuerdo de paz lidera proyectos productivos y de educación para la construcción de una paz estable y duradera para Colombia.

De mujer colombiana, Ángel me presenta a un grupo de jóvenes que trabajan en la comprobación de cómo se está implementando el acuerdo de paz. Conectan para ello con el gobierno y las FARC y comprueban «in situ» las divergencias que se producen.

Peccis manifiesta que se ha ganado la confianza de Uribe, que colabora en algún proyecto de la OEI. Es más, me dice que estuvo a punto de conseguir que el gobierna aceptara que el acuerdo de paz (una iniciativa que solo integraba al gobierno Santos) lo fuera de Estado, sumando a él al uribismo. En su relato aparece el embajador de Cuba, que habría abortado esta posibilidad.

Se queja Angel de lo poco que está haciendo el gobierna español respecto del proceso de paz. Un gobierno sin ambición interior y, en consecuencia, sin ganas en lo exterior.

Nos dirigimos a pie —escoltados por un policía— hacia la residencia del embajador de Chile, que ofrece una copa con ocasión de su cese. Piñera sustituye a la representación diplomática de Bachelet -pienso-. Mis interlocutores conocen del auge en las encuestas de Ciudadanos y se felicitan del momento dulce que vive el partido presidido por Albert Rivera.

Saludo de nuevo al embajador de España, que se sorprende al verme en la recepción.

— Veo que ya estás integrado, me dice.

Después como con Ángel Peccis y vuelvo al hotel con Jorge, quien resulta algo menos lacónico que a la ida.

Carlos Ariel

Recibo en el hotel a Carlos Ariel Sánchez, nacido en Tolima hace 60 años. Amigo de mi amigo, Eloy García, Ariel fue Registrador nacional del Estado Civil de Colombia desde 2007 a 2015. La registraduría viene a ser un organismo que asume las funciones de nuestra Junta Electoral así como del registro civil (expedición de carnets de identidad...) Abogado, profesor y escritor, a Carlos lo conoce medio Bogotá. En el tiempo que me encuentro con él, la gente se le acerca y le saluda con respeto, especialmente los jóvenes. En un momento determinado le hago ver su popularidad. «Podrías llegar a ser presidente de la Republica», le digo. «Hay mucha cola en esa fila», asegura Ariel con una sonrisa.

Para Carlos la situación de Colombia se podría definir como estable. La clase media es en el país un producto relativamente reciente. Y nadie quiere vivir una situación como la que atraviesan sus vecinos venezolanos. Por eso cree que lo más probable es que se produzca una concentración del voto en torno a Iván Duque para las presidenciales.

Considera que a Santos le interesa que las elecciones sean transparentes. Le digo que me parece lógico. No tanto —me responde Ariel—, a Uribe le daba igual.

Le pregunto por el acuerdo de paz. Y me contesta con el título de una canción de Héctor Lavoa: «Tu amor es un periódico de ayer». Y se explica, el acuerdo de paz ya no es noticia en Colombia. Las preocupaciones de los colombianos son otras. Según la encuesta Yanhass, Gran Alianza de Medios, el conflicto armado habría quedado relegado al último lugar —con un 1%—, en tanto que la seguridad ciudadana —robos—, la salud, el desempleo y la corrupción serían los principales motivos de inquietud.

Habría que explicar que cerca del 50 % de la población colombiana vive de la economía informal, por lo que los sistemas sociales de salud no resultan accesibles para toda la población; motivo por el que este asunto queda tan desfavorablemente recogido en la encuesta.

Tampoco la candidatura de Duque está insistiendo demasiado en el acuerdo de paz. Dicen que van a hacer trizas la corrupción, me explica Carlos Ariel; apenas les sirvió como motivo para desestabilizar al gobierno Santos en octubre de 2016. Los referendos, peligrosa arma que carga el diablo; el plebiscito que le ganó Uribe a Santos, con todo, lo obtuvo con un 50’2% en contra del acuerdo y un 49’7% a favor; y una abstención del 60%.
Álvaro Uribe, expresidente de Colombia

Y es que Alvaro Uribe, presidente de Colombia entre 2002 y 2010, es hombre dotado de enorme olfato político y de gran protagonismo en los medios de comunicación. Principal opositor al acuerdo de paz, el ex-presidente colombiano ha sido también acusado de promover la plataforma Convivir, de la que surgieron grupos paramilitares..

Quedamos a comer para el día siguiente, viernes, y yo me voy hacia el cóctel de bienvenida que dedica el CNE a los observadores internacionales.


jueves, 26 de abril de 2018

Tu amor es un periódico de ayer (2/9) Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Con el embajador de España

Pablo Gómez de Olea baja con pasos rápidos e impetuosos la escalera de su residencia. Nada más verlo le digo que tiene un inconfundible aire de familia. Conozco a sus parientes de Bilbao, uno de los cuales está casado con una prima carnal mía. Una vez más, el mundo es un pañuelo.

El embajador me refiere su impresión respecto de la Colombia del momento político y social. Jefe de la representación diplomática española en este país desde febrero de 2017, fue número 2 de la embajada así como Director General para Latinoamérica en el primer gobierno Rajoy con Jesús Gracia como Secretario de Estado, a quien conocí en la época Zapatero, doliente ante la complacencia de ese gobierno respecto de los Castro.

Gómez de Olea conoce del asunto y charlamos un rato sobre Colombia. Las elecciones del 11-M se juegan a 3 bandas. Están las elecciones legislativas al Congreso y al Senado —en Colombia tiene mayor relevancia este último—. La circunscripción electoral del Congreso es regional, la de la cámara principal es nacional. Esas son las 2 primeras bandas, la tercera la constituyen las elecciones primarias a los candidatos a presidentes de la República, en la derecha y en la izquierda, que también se votan en los mismos colegios electorales y son controladas asimismo por el CNE.

En relación con las primarias se establece una primera cuestión, y es que se habla de una polarización política en Colombia. Y sale enseguida a relucir el nombre de Petro. Gustavo Petro, un cordobés de 57 años que fue guerrillero del M-19 en su juventud. Alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015, no parece que esta población guarde buen recuerdo de su gestión.

Gustavo Petro
Petro compite en las primarias con Carlos Calcedo, un aratacano de 51 años. Calcedo fue rector de la universidad del Magdalena y alcalde de Santa Marta con el aval del Partido Liberal (socialdemócrata, en Colombia),

Las elecciones que son las de verdad apenas parecen importar, más allá de la singularidad de que las FARC (ahora rebautizado como Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) obtendrán cualquiera que sea su resultado electoral 5 escaños (curules, en español colombiano) para el Congreso y el Senado.

El régimen de Colombia es presidencialista, de modo que la función que atañe a las dos cámaras es la legislativa. El aspecto de control político que en los regímenes parlamentarios tiene el órgano de representación popular queda muy difuminado en este país. Si un ministro no comparece en una sesión apenas ocurre nada. Y en cuanto a la legislación, ésta parece no estar en demasía condicionada por los vaivenes de la política: a pesar de que el presidente Santos tenga un índice de popularidad notablemente bajo (entre un 12 y un 15 %), éste no cuenta con excesivos problemas para llevar adelante la aprobación de las leyes contenidas en su agenda; incluidos los Presupuestos, en que el Presidente puede llegar a vetar la aplicación de las cuentas formuladas por la Cámara.
Rodrigo Londoño (alias Timochenko),
líder de las FARC, que abandonaría la campaña
después de someterse a una operación del corazón.

El proceso de paz es una constante en todas mis conversaciones bogotanas. La impresión del embajador es que seguirá adelante. Si bien que con algún ajuste en el caso de que el presidente sea Duque, a quien todos mis interlocutores dan como vencedor final en el caso de una contienda Petro - Duque, que es la más probable.

Ivan Duque, de 42 años, es el candidato del ex-Presidente Alvaro Uribe. Político, abogado e incluso escritor (Maquiavelo en Colombia), fue asesor internacional de Uribe, además de senador y de haber desempeñado otros cargos públicos. Me cuentan que el presumible futuro presidente de Colombia se quiere parecer a su mentor, Alvaro Uribe, por su acostumbrado uso del poncho y del sombrero. Él sin embargo insiste en que le son tan propios como al antiguo jefe del Estado.

Iván Duque, candidato a Presidente por el Centro Democrático
Duque compite en estas primarias con Martha Lucía Ramírez, bogotana de 63 años. Líder del Partido Conservador y exministra de Comercio Exterior de Andrés Pastrana, también de Defensa con Alvaro Uribe.

Su otro rival es Alejandro Ordóñez, supuestamente ultra-conservador, nacido en Bucaramanga y de 62 años. Ex-Presidente del Consejo de Estado y Procurador General de la Nación (cargo similar al de Fiscal General del Estado en España), puesto para el que fue reelegido, pero que fue anulado debido a acusaciones de nepotismo.

Resulta pacífico que el acuerdo de paz no tendrá vuelta atrás. Al menos del pactado con las FARC. ¿Qué van a hacer con los cerca de 12.000 militantes de esa organización si no se aplica el acuerdo?

Las FARC eran un estado dentro del Estado, proporcionaban protección en los territorios que ocupaban y una rudimentaria pero eficaz administración de la justicia, aceptadas por la población. ¿Será posible la adecuación ciudadana a una práctica garantista y, por lo tanto, lenta de los tribunales que operan de acuerdo con las normas?

También están las víctimas (8,000.000, de los que 6,000.000 son desplazados). Pero están también las acciones del ejército, los falsos positivos (asesinatos de civiles inocentes haciéndolos pasar por guerrilleros), más de 3.000.

Parece diferente -en opinión de otros interlocutores- lo que ocurra con el ELN (Ejército de Liberación Nacional) que está negociando su propio acuerdo en Quito. La organización, que contaría con unos 2.000 militantes, ha planteado una tregua que permitiría la celebración de las elecciones en condiciones de normalidad. Pero en cuanto a esta negociación será clave lo que piense el nuevo presidente del país. Y con los miembros de las FARC que desconocen el acuerdo, que se han dotado de armamento muy notable y que pretenden ocupar el territorio abandonado por las FARC.

En todo caso, como consecuencia de la polarización política colombiana, una elección entre Duque y Petro llevaría a todo el centro y la derecha —incluida la izquierda moderada— a votar por Duque. En todo caso, la fama de populista-chavista del candidato de la izquierda no beneficiaría en absoluto su investidura, dada la pésima gestión de su presunta referencia política venezolana

Nos referimos también a alrededor de 1,000.000 de venezolanos que se han escapado de su país con destino a Colombia. Su entrada está afectando sobre todo en Cúcuta (lugar adonde Simón Bolívar condujo a sus tropas en 1813), pero también en otros puntos del país, como Bogotá, una ciudad que crece todos los años en unos 200.000 habitantes, sin contar con los recién llegados exiliados del régimen de Maduro.

Juan Carlos (el chófer de la embajada, está muy preocupado por la afluencia de los venezolanos. «Los empresarios los contratan a mitad de precio y echan a los colombianos», asegura. Otros interlocutores me dicen que está comenzando a generarse una cierta xenofobia en relación con su llegada. Pero Colombia no puede hacer otra cosa sino recibirlos, no en vano también Venezuela acogió a los colombianos que huían de la guerrilla.

El problema es que, entre los huidos del bolivarianismo, los hay también delincuentes a quienes Maduro ha abierto las puertas de las cárceles.

martes, 24 de abril de 2018

Tu amor es un periódico de ayer (1/9) Las elecciones legislativas del 11- M en Colombia

Bogotá, primera impresión

Invitado por el Consejo Nacional Electoral para actuar como observador de los comicios a celebrar en Colombia el 11 de marzo, acepté. El país latinoamericano está viviendo un momento que sin duda puede calificarse de histórico (pese a la sobreutilización de esta palabra). El proceso de paz, abierto después del acuerdo entre el Gobierno del Presidente Santos y las FARC, supondrá un antes y un después en la historia colombiana, seguramente un hito fundamental en el camino de la devolución de la esperanza a unas gentes que creyeron fundadamente que vivían en un Estado fallido. Algo así como una especie de transición, como la de España después de la muerte del dictador... pero con sus características singulares. Y con sus dificultades, muchas, aún por resolver.

Mi primera impresión de Bogotá es la de un tráfico desordenado, del permanente atasco (trancón, lo llaman aquí), ante la paciencia de las gentes. Una paciencia basada en la costumbre seguramente; pero que se encuentra en la conversación de todo el mundo y a toda hora. Casi 10 millones de habitantes atrapados en una ciudad insegura y extenuarte, más de 1.300 homicidios en el año 2016 y horas perdidas en las calles y avenidas repletas de socavones. Y surge la reflexión, cuando uno se encuentra en estas macrourbes, de las ciudades que fueron elementos fundamentales en su principio del desarrollo humano, un refugio contra el desorden y el inicio de la división del trabajo y la oferta variada de bienes y servicios (como recuerda Vargas Llosa en su último libro que decía Adam Smith). Hasta ese punto de deterioro han llegado algunas metrópolis. Y Bogotá es una buena expresión de ese implacable progreso destructivo.

Juan Carlos (el chofer del embajador) me explica el procedimiento llamado de pico y placa en Bogotá, una norma que restringe la circulación de vehículos privados en horarios con mayor afluencia de tráfico, dependiendo en del último número de placa del automóvil. Una práctica que sólo ha servido para duplicar el número de vehículos, me explican otros.

En una conversación posterior me dicen que las obras públicas y la inversión en infraestructuras en Colombia ha cedido en favor de la lucha contra la desigualdad. Claro que la corrupción (una institución endémica en el país, uno de los Estados más corruptos del mundo, según Transparencia Internacional) también recibe una importante cuota participativa de los recursos públicos.

Pese a eso, y de manera admirable, los colombianos son gente amable, servicial, simpática. Disponibles para hacerte la vida agradable y armados siempre con una sonrisa en la boca y el afecto en sus maneras. Son la hospitalidad que emerge sin embargo de una organización urbana inhóspita.

En el día anterior a mi salida de Madrid me pongo en comunicación con el embajador de España, Pablo Gómez de Olea. Las referencias que tengo de él son inmejorables. «Te mando un coche y nos vemos en la residencia», me dice. En Bogotá lo de enviarte un coche parece que supone un elemental gesto de educación. Sin coche no hay movilidad, y si no te lo envían se diría que no quieren verte en realidad. O te lo mandan o te ven en tu hotel. Así parece que funcionan aquí las cosas.

En el hall del Marriot me espera un miembro del servicio de seguridad de la embajada. Un guardia civil, madrileño. El cuerpo es una de las bendiciones que tiene nuestro país. Su dedicación, profesionalidad y abnegación (puesta en evidencia además por las diferencias salariales que tienen en relación con otros cuerpos policiales de ámbito autonómico) quedan plenamente acreditadas. Hablamos de mi experiencia con la guardia civil (tuve su escolta en mi casa navarra de Burguete) y de las circunstancias de su servicio en Bogotá.

Muy cerca de la residencia del embajador español se encuentra un club de ocio llamado «El Nogal», que sufrió un atentado de las FARC en febrero de 2003 en el que murieron 36 personas y se produjeron más de 200 heridos. Según me cuenta el día siguiente en la recepción por la despedida del embajador chileno uno de sus socios, si la onda expansiva hubiera afectado a la zona derecha del edificio la catástrofe habría tenido proporciones aún mayores (en el momento del suceso había no menos de 600 personas dentro). El método empleado por los terroristas —que habrían contado con la complicidad de un instructor de squash— consistió en la introducción de un coche-bomba en el estacionamiento.

El club «El Nogal», instantes después del atentado
Conduce el automóvil un colombiano que se llama Juan Carlos —como el Rey— me dice. En Latinoamérica —y Colombia no es una excepción a la regla— el Rey es el de España. No hace falta mencionar el país, nuestro Monarca es bastante más que el Jefe del Estado español. Proyectamos hacia el exterior los españoles muchos elementos positivos de los que no somos totalmente conscientes.

El coche que nos conduce se detiene. No es una parada más a consecuencia del tráfico: la policía abre una vía para que la atraviese un convoy. «Es el presidente Santos», asegura el agente de la guardia civil.
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