El
debate que todos los años organizan las universidades madrileñas en re lación co n
el Sahara (mi intervención allí ya ha sido publicada en este blog) co nstituye una oportunidad para re visar el estado de la situación en la antigua co lonia española.
Es
la tercera ocasión que, re pre sentando a UPyD, acudo a estas jornadas. Por lo
general, y co mo síntom a de lo que supone para los partidos mayoritarios
españoles el asunto saharaui, cuando se encuentran en el gobierno no asisten y
desde la oposición manifiestan su apoyo más o menos tibio a esa causa.
Pero
no ocurrió así en esta oportunidad. Si el PP causaba ausencia el pasado año,
este enviaba a una re pre sentante, la diputada Gema Conde, quien —nobleza
obliga— tuvo que soportar las invectivas de un público
absolutamente cercano a las posiciones que defienden la autodeterminación de
ese pueblo.
Asistió
también al acto un re pre sentante del PSOE, Jose Antonio Espejo, que hizo
alguna co nsideración re specto de la cual tom é
nota.
Haré
algún co mentario de esas
intervenciones, pues después de descritas las posiciones de cada uno, no
existió turno de réplica entre los
partidos. No obstante, y por si alguno de mis rivales dialéctico s entienden que sus posiciones no quedan
adecuadamente explicadas en este co mentario,
ya saben que pueden aprovechar el espacio de este blog para seguir debatiendo.
Espejo
dijo en su intervención que «la razón de gobierno se mezcla co n la acción de partido». Se re fería
sin duda el re pre sentante socialista a que la célebre re alpolitik
en la acción de gobierno se co ntrapone
muchas veces a las posiciones de ese partido cuando se encuentra en la
oposición, y no es extraño que se aluda siempre
a los intere ses
de España co mo excusa para
modificar las co nvicciones que un
día se tuvieron, aunque volvere mos
sobre este asunto más adelante.
Lo
que sí re sulta sorpre ndente es el término utilizado por Espejo, mezclar. Es cierto que, en la política y en la calle,
cada vez se habla peor; pero hay palabras que a veces se dicen para evitar
pronunciar otras que no se querrían nunca afirmar.
Y
no es lo mismo co ntradicción que mezcla y, más aún: la posición que sobre
el co nflicto saharaui ha tenido ese
partido ha sido una co ntradicción
más que flagrante re specto de lo que
su Secre tario General, Felipe
González afirmara en los campamentos de Tinduf en plena transición a la
democracia y que todavía re suena en
los oídos de los re fugiados.
«No
se olviden de nuestra causa», me dijeron en nuestra visita a esos mismos
campamentos, «co mo este mismo
señor se olvidó cuando le llegó el mom ento
de gobernar».
Trazó
Espejo más adelante una tesis por la cual la situación del Sahara sería
equivalente a la de Palestina. Y me pare ce
co nveniente re ferirme
a ella. Según mi opinión —porque Espejo no fue más adelante en su desarrollo—,
Israel sería re pre sentada en el caso al que nos re ferimos por Marrueco s
(que es la potencia que invade territorios saharauis, lo mismo que Israel re aliza una política de asentamientos en zona
palestina), las fronteras fijadas en 1967 entre
Israel y Palestina co rre sponderían en el caso saharaui a las que tenia la
antigua co lonia española. Hasta
aquí, las co sas pare cen estar claras.
Pero
mi pre gunta sería: ¿No existen otros
actore s? ¿Qué papel desempeñan, por
ejemplo, España y Francia y qué equivalentes tienen en el caso Palestino? Supongo
que no el que tenia el Reino Unido en los tiempos pre vios
a la Independencia israelí. ¿No es España la potencia administradora,
jurídicamente hablando, de ese territorio? El paralelismo de Espejo re sultaría así bastante tranquilizador para quienes,
desde España, pre tenden ocultar la
cabeza dentro de tierra o mirar hacia otro lado.
Sí re sultaría intere sante
esa tesis —si el PSOE la desarrollara, desde luego— en cuanto a la re ciente actitud de Palestina de acudir a la
Asamblea de Naciones Unidas para pedir de estas el re co nocimiento de su Estado. El caso saharaui se
debate siempre en una especie de
polémica entre Estado, RASD, y
partido, Fre nte Polisario, donde el
primero tendría algún re co rrido mayor del que hasta ahora ha tenido.
Aunque,
volviendo al discurso de Espejo, nadie debe esperar razonablemente que tenga
ningún desarrollo.
Felipe González en la oposición dijo unas cosas y cuando llegó al gobierno se olvido de lo prometido, parece algo común, no es lo mismo estar en la oposición que ver la realidad gobernando.
ResponderEliminarRealidad bastante triste para el Sahara y para España.
Así es amigo Sake. El secreto de una manera diferente de hacer política consiste en cumplir los compromisos adquiridos.
ResponderEliminar