En
una
reciente
confe
rencia que el profesor
José Ignacio Torreblanca daba en la sede territorial de Madrid de
UPyD, el politólogo experto en materias europeas alertaba acerca de la
retroalimentación que se produce ent
re el
populismo y la
tecnocracia.
Se
trata de dos
conceptos que tienen po
co que ver. La tecnocracia, instalada en los
recove
cos burocráti
cos
de Bruselas,
como
consecuencia de un largo y tortuoso proceso de
adopción de decisiones, ha sido la apa
rente
vencedora sob
re la política en los
acuerdos que están
configurando la
reciente Unión Europea. Y no solo porque es capaz de
dictar las normas de obligado cumplimiento a los gobiernos, sino porque
consigue en ocasiones intervenir en la
composición de algunos de esos gobiernos (
recuérdese en este mismo sentido el n
ombramiento de
Mario Monti al f
rente del gobierno de Italia).
Una
tecnocracia que se legitima a sí misma, que no es legítima o que solo cuenta con una legitimidad indirecta,
dirige los destinos de cientos de millones de atribulados ciudadanos que no
saben muy bien qué pueden hacer, a quién pueden votar o ante cuál sede de
institución o partido protestar.
Esa
tecnocracia ha c
reado seguramente el
populismo y, por seguir
con el
ejemplo de Italia, fue el Monti impuesto po
co
menos que por la burocracia tecnocrática bruselense la que c
reó el M5s de
Beppe Grillo. Confundidos los
ciudadanos por unas políticas de ajustes que no llegan a
comp
render, endosando sus gobiernos la
responsabilidad a «
Europa»,
como una especie de evanescente ser extrater
rest
re,
votan hasta a quien tiene puesta, a modo de i
cono,
la máscara de
Guy Fawkes (el céleb
re
incendiario del parlamento británi
co)
en su caravana de campaña, me
refiero,
por supuesto a
Beppe Grillo.
Pero
no queda aquí la
cosa. Y es que la
multiplicación de los populismos a lo largo de Europa,
con
fenómenos
como el ya
comentado en Italia, el
lepenismo en Francia, el
UKIP en el Reino Unido o los que p
retenden
sacar a Alemania del euro, por no hablar de los xenófobos ultras de todas las
raleas y especies... ya están obteniendo magnífi
cos
resultados electorales y pr
ometen tenerlos aun mejo
res
en los próximos
comicios al
Parlamento Europeo.
¿Se
imaginan ustedes la situación de un parlamento, el europeo, que ya se parecía bastante a una jaula de grillos, con estos nuevos representantes? ¿No ocurrirá que con
la nueva composición que tenga este
después de las elecciones, cualquier duda que se tenga en cuanto a la
ampliación de sus facultades y competencias
se resuelva en contra de la representación directa
de los ciudadanos de todos los países de Europa y a favor de esa tecnocracia
burocrática?
Con
lo que ya estamos frente a un nuevo
problema de difícil digestión y aun más compleja
solución. Y si a la política le ocurre
como dice la canción que le pasó a
la estrella de la radio, que fue
asesinada por el vídeo, quienes pensamos que ni la tecnocracia ni el populismo
pueden gobernar nuestros destinos; porque, entre
otras cosas, ya conocemos sobradamente a unos y otros y porque creemos en la democracia, la solución no puede sino
encontrarse en otra parte de la
secuencia que motiva este post.
Y la solución no
puede ser otra sino la reivindicación
de la política. De la política con
letras mayúsculas, la que nos hizo avanzar en los proyectos europeos compartidos por los ciudadanos, la única que dispone
de legitimidad para resolver
nuestros problemas.
El problema es que tanto la tecnocracia como el populismo surgen como consecuencia de la ausencia de liderazgo y de proyecto a largo plazo en la Europa del siglo XXI.
ResponderEliminarCada día se hace más necesario luchar por un Proyecto Europeo ilusionante y realmente democrático, donde los ciudadanos se expresen y voten de acuerdo con sus ideas o sus intereses individuales, pero desde luego no por un impulso tribal.
Lo decepcionante es escuchar a los partidos tradicionales hablando de "ir a Europa a defender a nuestro país" o cosas parecidas.
Soy madrileño, español y europeo, pero por mis convicciones, mis intereses y mi visión del mundo estoy probablemente más cerca de un parisino del Distrito Sexto que de un madrileño de La Moraleja, y me unen más cosas a un berlinés de Kudamm que a un pastor de las Hurdes.
Por lo mismo, tenemos que asumir que la Democracia representativa conlleva que los ciudadanos eligen a sus representantes y las mayorías se imponen sobre las minorías. Por tanto, como madrileño, español y europeo me debería resultar normal que diputados elegidos por ciudadanos parisinos, o berlineses gobiernen mi vida, porque son más numerosos, pero con las mismas me debería resultar intolerable que me gobierne una pandilla de grises tecnócratas de Bruselas nombrados a dedo por una alemana de Hamburgo a la que en las Elecciones de 2009 apoyaron escasamente el 34% de sus conciudadanos...
Mientras los Europeos no entendamos cosas como estas, y no luchemos para cambiarlas, estaremos expuestos a tecnócratas y populistas de todo pelaje y condición...
Suele suceder que cuando falla la economía nacen y se reproducen mensajes sencillos que prenden pronto entre la masas de ciudadanos descontentos.
ResponderEliminarEuropa está en crisis y si miramos a los años treinta vemos qué sucedió, ahora nos encontramos con grillos y tememos que aquí en España canten también nuestros grillos.
La seriedad y la política con mayúsculas no se implantan de dos días y la corrupción y la falta de eficacia son cánceres de dificil solución.
De todos modos los ciudadanos saben ver si algo merece la pena y es serio ¡confiemos en éso!.
Gracias Sake, pro seguirme aqui tambien.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarPerdona José M, la eliminación ha sido por un error mío. No soy muy ducho en esto. Estaba muy de acuerdo con lo que decías.
EliminarYo tampoco soy muy ducho, de hecho me costó "enviar" la respuesta. Encantado de que te gustara, el debate sobre el populismo se va perfilando como una forma de desautorizar a quienes cada vez convencéis a más electores.
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