lunes, 22 de mayo de 2023

Las listas de Bildu


Publicado en El Imparcial, el 21 de mayo de 2023

La renuncia de siete terroristas, condenados por delitos de sangre, a ocupar sus poltronas en el supuesto de ser elegidos, no ha sido suficiente para acallar las críticas por los restantes 37 candidatos condenados por delitos vinculados al terrorismo, todos ellos militantes de la banda asesina ETA. Si bien la decisión de su concurrencia a esta convocatoria se debe a la sola responsabilidad de la organización política que los ha elegido, la condición que la misma ostenta de socio parlamentario del gobierno Sánchez ha alcanzado al PSOE en acusaciones formuladas por los partidos de la oposición.

Quienes hemos conocido -por desgracia- de cerca la práctica de la organización heredera del brazo político de ETA, ya sabíamos que sus actuaciones nunca se han producido desde el respeto a los procedimientos democráticos. No hacía falta demasiada perspicacia para advertirlo. Parafraseando al general Von Clausewitz, podríamos señalar, sin demasiado temor a equivocarnos, que para ellos el abandono de la violencia, decidido en el año 2011 y su participación en el juego político, no consistía sino en la continuación del terrorismo por otros medios. Para advertirlo basta con comprobar hasta qué punto están consiguiendo los bildutarras los objetivos de acercar a ‘sus’ presos a las cárceles del País Vasco o la proliferación de los ‘terceros grados’ que les aproximan aún más a sus casas. Por ese motivo, la descarada chulería, que la selección de estos candidatos supone, nada tiene que sorprender a nadie que no actúe desde el timoratismo más indolente.

Pero resultará conveniente advertir que Bildu actúa en lo que puede y porque puede. La coalición en la que se encuentra el partido llamado ‘Sortu’ -heredero de Herri Batasuna y de las demás marcas electorales que algunos conocimos y padecimos- está desarrollando su actividad política bajo el amparo legal y la cobertura estratégica de un gobierno que sólo sabe proclamar que “es inaceptable la inclusión de condenados de ETA en sus listas” (Nadia Calviño ‘dixit’), pero sin, por supuesto, adelantar ninguna medida política o legislativa que, en el futuro más o menos inmediato, pudiera evitar este “incomprensible” hecho (Margarita Robles).

Cuenta el gobierno con la responsabilidad política de ahorrarnos estos tragos a los ciudadanos. Tiene en su mano el arma de los proyectos de ley (aun olvidados en el baúl de los recuerdos de las iniciativas legislativas, dado el uso abusivo de los Reales Decretos y, todavía más, de las Proposiciones de Ley presentadas por el grupo parlamentario del partido del presidente). Un gobierno no se puede permitir la condición del espectador de los acontecimientos políticos, como ocurre con cualquier ciudadano. Por lo mismo que estuvo Sánchez dispuesto a reparar el desaguisado de la descabellada ley del “sólo el sí es si”, nos introduce en el no menos inservible camino de la actual ley de vivienda, está dispuesto a regar de millones los campos españoles afectados por la sequía, o regalar entradas de cine los martes para la diversión de la tercera edad… bien podría contarnos lo que está pensando hacer con Bildu.

Pero no tenga el lector cuidado con este asunto: el gobierno se rasgará -o más bien, descoserá- todas las vestiduras que quiera, pero nada hará que ponga en peligro sus actuales y futuros compromisos con Bildu. Hay elecciones en mayo, pero también en el próximo invierno; y, seguramente, una convocatoria electoral para el Parlamento Vasco en el próximo 2024, y en ésas Bildu podría imponerse finalmente sobre el PNV o contribuir a articular una alternativa que eventualmente desplazaría del poder al actual inquilino de Ajuria Enea. En ese pacto no dejarán de estar presentes los socialistas que hoy tanto se escandalizan.

No haría falta, sin embargo, promover ninguna modificación legislativa para acometer una medida que devuelva la tranquilidad a las víctimas del terrorismo y el ánimo a una ciudadanía que ya va viendo que todo lo que se proclaman son palabras que se escriben en el agua. Como oportunamente ha recodado el ex delegado del gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, la ley de partidos de 2002, aún vigente, es suficiente para incoar la ilegalización de una organización de estas características cuando “incluya regularmente en sus órganos directivos o en sus listas electorales personas condenadas por delitos de terrorismo”.

Por las razones que acabo de apuntar arriba no lo estimulará el gobierno actual. Pero por causa de no remover en exceso las aguas hediondas de la laguna política vasca (pestilentes a fuerza de asesinatos, chantajes e inconfesables pactos entre nacionalistas y no nacionalistas de todos los pelajes…), tampoco lo hizo Mariano Rajoy en los gobiernos que protagonizó, en especial el de su mayoría absoluta en el año 2011. Debería el Partido Popular practicar una particular reflexión -¿autocrítica?- respectó de sus responsabilidades históricas en este lamentable, y repulsivo, estado de la cuestión.

El presidente del PP viene señalando en casi todas sus comparecencias públicas la idea de la “derogación” de la etapa de gobierno sanchista, pero nada se ha escuchado sobre la conveniencia de quebrar una dinámica bastante más larga de las decisiones que nos han traído hasta aquí.

“La línea que separa la civilización de la barbarie -ha escrito Douglas Murray, editor de “The Spectator”- es fina como el papel, también es un milagro que algo sobreviva, dada la fragilidad de todas las cosas, sumada a la maldad y la negligencia de que el hombre es capaz”.

Maldad y negligencia, la fórmula perfecta de los tiempos que corren...

martes, 9 de mayo de 2023

«Feijóo deberá deflactar la inflación al pisar Moncloa»


ARTÍCULO DE JOSÉ ANTONIO PUGLISI, PUBLICADO EN 24HECONOMIA.COM 

Fernando Maura considera que la inflación es el ‘enemigo’ económico más urgente para los españoles.

Durante su entrevista en exclusiva con 24H Economía, el economista y exeurodiputado recomendó a Alberto Núñez Feijóo “deflactar la inflación al pisar Moncloa”. 

El objetivo es buscar que el incremento del índice de los precios “no afecte impositivamente a la clase media española”. Además, considera que el líder del PP debe trabajar para reducir la intromisión del Estado en la economía. “Le diría que tiene que intentar, en el ámbito económico y político, dejar que la sociedad se desarrolle por sí misma. El Gobierno debe estorbar lo menos posible al desarrollo de la sociedad y simplemente ayudar”, precisa. 

En cuanto a quién debe ayudar a Feijóo desde el Ministerio de Economía, Maura prefiere la prudencia. “No tengo ninguna capacidad de consejo, ya que seguro que tiene dentro de su cartera a muchísima gente muy preparada para ese cargo”. 

La corrupción del PSOE Sobre las polémicas del ‘Caso Tito Berni’ y las sociedades opacas de Nadia Calviño que afectan al PSOE, el economista y exeurodiputado recuerda que “los casos de corrupción siempre hay que observar el comportamiento electoral después”

¿El motivo?, que “aquellos que pensamos que, en un sistema democrático, la limpieza de la clase política debería redundar dentro de su reelección y la corrupción debería llevar al abandono de sus electores, pues no siempre ocurre de esa forma necesariamente”.

Maura considera que “las dinámicas son distintas”, por lo que se “está votando más por el desencanto que por la ilusión”. De ahí que considere fundamental esperar a conocer los resultados electorales para valorar realmente el impacto generado por los presuntos casos de corrupción que salpican al PSOE. 

Ley de Vivienda

“La Ley de Vivienda va en el sentido contrario al que debe ir una normativa de vivienda, que debería garantizar el derecho de la propiedad y, especialmente, pensando en quienes tienen propiedades como método de ahorro”, analiza el exdiputado, quien recuerda que el ladrillo se convirtió en una “garantía de jubilación” para una importante parte de la sociedad española. A su entender, es “gravísimo” que la ley premie a los okupas y castigue a los propietarios, siendo “un atentado al principio de la propiedad privada, por mucho que esté atemperado por la propiedad social. Además, lleva a que estén pagando justos por pecadores y eso es un error gravísimo. Más aún porque la ley no resolverá el problema de la vivienda”. 

Una tensa situación habitacional cuya solución pasaría por “establecer una política de urbanismo donde haya más suelo urbanizable, donde sea más barato construir por el coste del suelo y que no se castigue a los propietarios, sino que se promueva la creación de nueva obra. Algo totalmente distinto a lo que está ocurriendo con estas políticas de estilo teatral”.

viernes, 5 de mayo de 2023

Una pieza teatral en la Puerta del Sol



Publicado en El Imparcial, el 4 de mayo de 2023

El kilómetro cero de España no podía desmerecer en este pandemonio de la precampaña electoral, en la que el todos contra todos, a la búsqueda de un puñado de votos, se estrella ante la indiferencia de un país que prefiere que gobiernen sus días “las mantequillas y el pan tierno” gongorinos, en un puente que se diría más estival que primaveral.

La preferencia de las playas de Levante a los exabruptos de nuestros gobernantes no se debe sólo a este clima en el que el verano ya aparece en todo su esplendor o a la acogida de los hosteleros locales, dispuestos a sacarse la espina de tantos meses de pandemia; por el contrario, se diría que los ciudadanos asistimos con estupor a la desmedida utilización de las instituciones para la práctica del pin-pan-pum, donde los boxeadores son profesionales en esquivar los golpes y los “sparrings” -los que recibimos los mandobles- somos todos los demás.

Porque no existe detrás de los desplantes del ministro Bolaños a la presidenta Ayuso, o de la incorrección de ésta respecto de aquél, otra cosa que una escenificación teatral para el consumo de los telediarios de la noche y de los medios que a continuación se harán eco de la noticia; más allá, por supuesto, del coro de hooligans que desde una y otra parte de las tribus partidistas enfrentadas amplíen los ecos de las disputas, como si detrás de ellas hubiera algo más que una representación, por cierto, bastante desafortunada por parte de los actores y en su declamación.

Decía que somos los ciudadanos los que recibimos los golpes de verdad, porque somos nosotros los que tendremos que pagar en los próximos meses un IRPF que el gobierno ha sido incapaz de deflactar, los que pagamos una cesta de la compra en la que el IVA cero del pan no ha servido para nada, los que asistimos incrédulos a un debate sobre cómo se debe utilizar el agua existente mientras que nadie parece tomarse en serio la verdadera escasez hídrica que nos anuncian los nuevos tiempos del cambio climático, que además supone el peligro cierto de que nuestro paraíso turístico esté más que amenazado (¿quién vendrá en un futuro a pasar sus vacaciones a una España en la que las temperaturas asciendan a más de 45º en pleno verano?).

No se habla ni se hablará de todo esto, porque a ninguno de los dos contendientes, hábiles en la finta y en el juego de piernas y en evitar los golpes que de verdad les conduzcan al K.O., tienen soluciones para esos problemas ni les interesan esos debates. Tampoco el de la sostenibilidad del sistema de las pensiones, la grave crisis de atención que navega por todos los mares, ríos y charcas de nuestra Administración, el desempleo juvenil o la construcción de viviendas sociales. Mejor resulta sacarse de la manga leyes que a todas luces empeoran la situación de la violencia de género, de la oferta de pisos en alquiler o de practicar el mantra de que buena parte de los gastos incurridos los pagarán los ricos, cuando ya casi nadie ignora que los pudientes de verdad conocen muy bien cómo escaparse a los paraísos fiscales, en tanto que, una vez más, los impuestos los seguirá apoquinando la clase media, ya tan castigada por estas y otras medidas, que ya casi empieza a caer en la abrupta sima de la proletarización. Sólo le salvará -en el caso de que continúe sintiéndola- la autoestima que mantiene y la voluntad de salir adelante a través de su propio esfuerzo.

Y esa clase media, ese ‘Juan español’ que aún pelea todos los días por su dignidad y la de su familia -que al cabo es la de todos-, no parece que entiende demasiado de la nueva cultura ‘woke’ (algo así como la ideología de los que están más despiertos que otros) que ha inundado las universidades norteamericanas y que impregna los movimientos del ‘Me too’, del ‘Black lives matter’ y que nos ofrece el pintoresco resultado de una nueva versión de Heidi en la que los personajes de Johanna Spyri son actores (y actrices, perdón) de color negro, seguramente porque el cambio climático también ha llegado a los Alpes y ha tiznado de carbón a sus habitantes.

En este juego de falsedad, en este tinglado de la antigua farsa, la Puerta del Sol ha constituido una vez más la oportunidad perdida de recordar la gesta de ese pueblo de Madrid que, resistiendo al invasor, fue capaz de forjar una nación española construida desde el sufrimiento y la derrota.

Ya lo decía don Antonio Maura en la localidad cántabra de Beranga, en el año 1916: “Las naciones no mueren por débiles, sino por viles. España, hace siglos, no murió porque las bayonetas napoleónicas arrollaron a sus hijos, donde la mataron fue en Bayona y en Valencey, y donde resucitó fue en el Madrid del 2 de mayo, en Zaragoza y en Gerona. No importa que un enemigo entre, asuele, arrase, extermine y llegue a Cádiz. ¡Mientras el corazón español aliente firme y lealmente, la Patria vive y la Patria resurgirá!”.

No tengo mucha esperanza ni confianza en ese resurgimiento en los tiempos que corren, pero dicho queda por si existe alguien a quien esas cualidades -la confianza y la esperanza- aún le asistan.
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