jueves, 20 de marzo de 2014

Apuntalando el bipartidismo


El bipartidismo en España se está desmoronando como los edificios viejos, sus materiales ya no aguantan el paso del tiempo y los vicios originarios en su construcción aparecen ahora visibles en forma de hierros oxidados, peligrosos cables eléctricos o tuberías rotas por donde se abren vías de agua. Cualquier arquitecto o simplemente experto en las cuestiones de la edificación diría que lo que conviene es tirarlo y levantar uno nuevo. En lugar de eso, quienes habitan en esa casa han decidido apuntalarla.

El apuntalamiento del bipartidismo se efectúa por sus componentes a todos los niveles. Lo intentan en la escala nacional, despreciando a los partidos que no son mayoritarios, en las autonomías y en los entes locales. También parece que lo pretenden a nivel europeo. Es lógico, tampoco Europa podría ser una excepción para las malas prácticas políticas. 

Aviso a navegantes, esta va a ser con seguridad una permanente soflama de campaña, y lo digo porque en el debate celebrado el pasado día 12 de marzo, y organizado por Café de Europa, el representante del PPJosé Ramón García quiso terminar su intervención llamando a una especie de inutilidad del voto europeo que no se dirija a las opciones popular o socialdemócrata. «Todos los demás partidos —dijo— no saben a quién van a votar. Tienen que consultar los programas». 

No deja de resultar sintomático que el representante de un partido que ha mirado para otro lado cuando se trata de cumplir con su propio programa —¿no dijeron “bajaremos los impuestos” o “estableceremos la independencia del poder judicial“?— se diría que consideran que los programas deben escribirse solamente pensando en que van a ser leídos por quienes sufran de insomnio como solución más práctica que cualquier medicamento de efectos poco conocidos. 

Pero es peor por lo que supone. Rechazar con displicencia el voto que no se haga a los dos grandes y viejos partidos es negar la pluralidad política de un país. Asunto peligroso donde los haya, porque no otra cosa es la democracia que la amplitud de opciones presentadas al ciudadano. Pero sucede que a escala europea esa pluralidad se multiplica, ya no se trata sólo de la derecha o la izquierda, de la extrema izquierda, los nacionalismos o los centristas o los reformadores institucionales… se les adjetive como se quiera. Se trata de reducir nada menos que el pluralismo a escala europea, y ahí se encontrarán ustedes además de las marcas locales/nacionales con populistas eurófobos, populistas euroescépticos, partidos agrarios, listas con objetivos concretos… 

Supongo que para el Sr. García, ninguno de estos tendrá derecho a ser votado, simplemente porque el voto a estas candidaturas no es útil en ninguno de esos países, sólo porque en primera vuelta no parece que vayan a votar por Schultz —candidato socialdemócrata— o Juncker —del PPE. Un voto inútil, por lo tanto. 

Claro que como el pluralismo en democracia no hay quien lo remedie —por fortuna— esa pretensión lleva a otro de los males del sistema: el voto a la contra. Elegir al partido A para que no gobierne B, que me resulta más antipático. Total, para que luego, en la noche de la elecciones el ciudadano ya esté arrepentido con la opción que ha decidido. 

Y tiene también sus peligros esa actitud, en especial para quienes los promueven, porque dice poco de su apertura de miras y mucho de su pretendido carácter democrático. Pretende recortar el espacio de las libertades. 

Será una ironía, pero en lo que se refiere a recortes, ya se ve: basta con empezar. Le cogen el gusto y siguen con la tijera. Empezaron con la economía, los servicios sociales. Parece que la están emprendiendo ahora con los medios de comunicación. Y en la campaña electoral vuelven por donde solían, apuntalando la guarida en la que vienen largo tiempo instalados, para desde allí expulsar a cualquier otro, para ellos intruso. 

Ya han empezado. ¡Y todavía faltan más de 70 días! 

3 comentarios:

  1. PPSOE ¿por qué no presentáis una única lista a las Europeas, si al final sois lo mismo?, como os gusta engañar a las personas, como os gusta jugar a que os importa Europa cuando lo que en realidad os importa es vuestro sillón.
    PP y PSOE ¿Cuánto tiempo creéis que os queda?.

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  2. El pluripartidismo tampoco funciona; si vienen a México lo verán evidenciado de sobra.

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  3. El problema Alexander es cuando el supuesto bipartidismo en la realidad un monopartidismo osea un sólo partido.
    Un Abrazo Alexander :) .

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