martes, 6 de octubre de 2015

Un programa liberal para afrontar de una manera integral el reto de la inmigración

(Foto propiedad de Fondazione Paolo Cresci)

Publicado originalmente en El Mundo Financiero


SE PRECISA UN ACUERDO HOMOGÉNEO


Nuestra prioridad debería centrarse en los campos de refugiados situados en terceros países, lo que significa que deberían ser dotados con unos medios suficientes. Por eso, la Agencia para los Refugiados de la ONU (UNHCR, en sus siglas en inglés) deberá ver mejorados sus recursos de una manera sustancial. Tanto la UE como los Estados miembros tendrán que doblar sus contribuciones si no quieren ver a más gentes abandonando esos campos en dirección a Europa. A esta conclusión llegamos en ALDE —grupo de los Liberales y Demócratas Europeos— solo con observar los datos: el porcentaje de cobertura de recursos en los programas regionales de la UNHCR destinados a Siria para este mismo año es del 57% —770m$. El World Program for Food ha reducido de manera drástica su presupuesto por refugiado en esta región, pasando de los 30$ por mes a solo 13$. El agujero financiero previsto hasta febrero de 2016 es de 292m$.

En este sentido es precisa la convocatoria de una nueva conferencia de donantes para que, no solo la UE y los Estados miembros establezcan nuevos y significativos compromisos, sino para que también los países del Golfo y los países árabes hagan su contribución.

Mientras tanto la situación en Siria se va deteriorando día a día. Necesitamos de manera urgente una iniciativa de paz liderada por la UE que comprometa a los EEUU, Rusia y China lo mismo que a Turquía, Iran y Arabia Saudí para que acuerden un plan de paz para aquel país. De acuerdo con este plan, los poderes regionales detendrían sus operaciones militares en territorio sirio, que debe ser progresivamente estabilizado. La pretensión del plan seria doble: conseguir la retirada de El Assad y eliminar al DAESH, para lo cual deberíamos proveer de recursos al Ejército Libre de Siria.

Por ello, la Alta Representante debería ponerse a trabajar con el Secretario General de esa organización y los mencionados actores principales para desarrollar esta iniciativa, para lo cual tendría que pedir un mandato del Consejo Europeo en este sentido.

Por otra parte, la UE debería recuperar el control sobre sus fronteras. Habría que convertir a Frontex en un verdadero sistema europeo de gestión de fronteras que disponga de distintos niveles de eficacia en su labor de policía. Ese sistema europeo tendría que ser capaz de recibir, asistir, registrar y analizar las diferentes procedencias políticas o económicas de las gentes que llegan, tanto desde el mar como desde tierra. Este es un importante componente del programa de asignación, que no podría operar de manera eficaz hasta que nuestras fronteras sean seguras y las posibilidades de recepción hayan quedado establecidas.

Un mejor procedimiento de entrada es fundamental, así como también lo es el establecimiento de un sistema de retorno de las gentes que no requieren de protección internacional.

Hay que definir asimismo una acción inmediata para que la migración no desestabilice a los países de los Balcanes occidentales.

Para todo ello habría que activar una cláusula de Solidaridad Europea que ayude a Grecia y a Croacia, con el objetivo de asegurar que la situación en nuestras fronteras está bajo control. De acuerdo con el artículo 222 del Tratado, la Comisión podría enviar efectivos para gestionar las fronteras del espacio Schengen, controlar la entrada en la UE y establecer servicios para el registro y la recepción y gestionar el proceso.

Es preciso señalar que hoy en día disponemos de 28 sistemas de asilo que se basan en criterios similares pero se aplican de diferentes maneras. Como resultado corremos el riesgo de destruir el espacio Schengen. Es necesario modificar radicalmente la regulación de Dublín para asegurar una permanente y equitativa distribución de la responsabilidad a través de los Estados de la UE. Es preciso crear un solo sistema, que aplique de la misma manera los criterios que se acuerden y establecer un proceso justo y humanitario para las gentes que buscan refugio en la Unión.

Debería también resultar posible a los refugiados que puedan solicitar asilo y protección temporal en los campos de la UNHCR en terceros países. Y, en paralelo con todas las medidas propuestas, es necesario realizar un esfuerzo conjunto de la UE para resituar a familias que se encuentran en estos campos dentro de los países de la UE, de modo que no tengan que recurrir a los pagos exorbitantes a los que los mercaderes del transporte ilegal de seres humanos les someten y evitar también esos arriesgados viajes.

Un proceso de recolocación debería iniciarse con los 160.000 refugiados procedentes de Grecia e Italia. A los refugiados a quienes se les haya concedido el derecho a protección temporal en la UE, debería garantizárseles también la posibilidad de trabajar, de modo que puedan contribuir con la sociedad y no ser percibidos como una carga.

La Unión precisa de un solo sistema de emigración económica, que reemplace la actual jungla de 28 sistemas más 1 —de la UE— para construir un procedimiento, de modo que que los inmigrantes cubran los déficit de las necesidades europeas para trabajadores cualificados y no cualificados. También habría que llamar a una revisión en profundidad de la Blue Card que permita a estos dos tipos de trabajadores su obtención basada en criterios objetivos.

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