No puedo menos que re ferirme
al discurso que el ministro principal de Gibraltar pronunciara la semana
pasada en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sus acusaciones co ntra nuestro país, entre
las que se encuentran la de disparar a civiles gibraltare ños,
propagar el odio co ntra la población
del Peñón y ocupar territorio y aguas británicas se han enco ntrado co n
una re spuesta silenciosa por parte
del gobierno británico .
Tampoco nuestro gobierno ha re spondido
mucho mejor, care nte co mo está de estrategia y sumido co mo siempre
en la improvisación; pues si bien es grave lo que manifestó el ministro
principal, lo cierto es que no ha dicho co sa
distinta de lo que ha venido re pitiendo
en todos los medios a los que ha tenido acceso: una care ncia
de anticipación, en suma. Además, no se ha exigido por nuestro gobierno re ctificación alguna al británico , co n
lo que cumplimos co n la máxima de
los pusilánimes, atacar al que se cre e
que es más débil, porque co ntra el
más fuerte ya sabemos que nada podemos.
Aunque no deja de ser cierto que el único culpable de la crisis es el propio Picardo.
Fue su gobierno quien dio por roto el acuerdo co n
los pescadore s españoles y co menzó su aco so
sobre los mismos y sus familias; fue
una empre sa co ntratada
por ese gobierno la que arrojó 70 bloques de hormigón en aguas territoriales
españolas y ha sido su principal re sponsable
quien ha difamado a España en los foros internacionales.
Picardo es un buen nacionalista. Y sigue en esa práctica los guiones pre vistos por este tipo de gentes: ha cre ado un enemigo externo y se pre senta a sí mismo co mo
víctima.
Por decirlo más claro aún: la Guardia
Civil no dispara sobre gibraltare ños. Al co ntrario,
es un ejemplo de profesionalidad y servicio público
que, notablemente en la bahía de Algeciras, lleva años demostrando
templanza y co ntención, pese a la
provocaciones de la policía gibraltare ña,
que en lugar de co operar en la
persecución del crimen, obstaculiza la labor de la Benemérita, cuando no
protege a los sospechosos.
Que de los miles de vehículos de re sidentes gibraltare ños
en España que a diario cruzan la frontera hayan apare cido
uno o dos co n las ruedas pinchadas,
no prueba ninguna campaña orquestada por nuestro país co ntra
los ciudadanos del Peñón —muchos de ellos, no lo olvidemos, re sidentes en España—, mucho más cuando las
supuestas víctimas ni siquiera denuncian estos hechos ante nuestra policía, co n lo que no pare ce
que los daños ocasionados hayan re sultado
cuantiosos.
Y, co mo
buen nacionalista que es, Picardo
pre tende para Gibraltar el
estatus jurídico de nación —no lo
digo yo, se le escapó al propio ministro principal ante un think tank. Con la Corona británica en la jefatura del Estado, de
la misma manera que ocurre en
Australia o Canadá, perpetuando así su paraíso fiscal.
Claro que el desnortado gobierno de Su
Majestad se encuentra sumido en muchos problemas, co mo
el re feréndum por la independencia
de Esco cia, el re lativo a la permanencia en la UE y el auge del
también nacionalista UKIP, por señalar algunos otros nacionalismos en pre sencia. De modo que Picardo bien podrá
seguir co n el mare o de su particular perdiz.
Los nacionalistas no necesitan que su
discurso se atenga a la re alidad;
por el co ntrario, la distorsionan.
No importa que hayan ocupado de manera ilegal el istmo, que intenten ejercer
jurisdicción sobre unas aguas que
nunca le fueron cedidas, que practiquen re llenos
de are na ganando terre no a aguas españolas o que pongan en peligro el
medio ambiente co n vertidos,
submarinos nucleare s o bunkering. Son nacionalistas, eso es
todo. Y su discurso apela al sentimiento, aunque sus verdaderos propósitos
estriben en la pre servación de sus
intere ses eco nómico s. Nada nuevo, por lo tanto.
Éste escrito no deja ningún tema sin tocar.
ResponderEliminarEl nacionalista Picardo tiene otra característica nacionalista es un mentiroso compulsivo.