El chirriar de los grillos
Crónica de un viaje a Venezuela en 15 entregas
Noviembre de 2015
El primer encuentro de la mañana del viernes nos reúne con la MUD (Mesa de Unidad Democrática). Chuo Torrealba. Secretario ejecutivo de la MUD, nos explica que hay razones para que el gobierno dificulte la visita de nuestra delegación así como la de UNASUR.
La representación que asiste a esta reunión —nos dice— es poco amplia a causa de los presos y de la campaña electoral.
La idea de una Venezuela polarizada no existe. Superan al gobierno por 30 puntos. El gobierno ha respondido militarizando determinados Estados sin motivo aparente, no se admite en ellos actividad electoral para la oposición, aunque sí para el gobierno.
Se incrementa la intolerancia. Importancia de que siga el proceso electoral. La MUD agrupa a 28 partidos, de todos los extremos. Rechazo del 80% del electorado a las fuerzas gubernamentales.
El régimen trata igual que a nuestra misión del Parlamento Europeo a todos los que no sean de su cuerda. La mayor contribución que podemos hacer será transmitir lo que veamos aquí. Declaraciones del gobierno sobre el resultado electoral. Que parecen llevar al golpe. Colectivos violentos, 88 en Caracas.
Enrique Márquez |
El gobierno puede no aceptar el resultado de las elecciones. El pueblo está esperando solo al resultado de las elecciones. Hay una referencia al premio Sájarov.
Violación de tratados internacionales. No han aceptado el título de observador, se han inventado el término acompañamiento. La observación es algo más amplio y se desarrolla durante más tiempo. El acompañamiento será solo el día 6. Creen que no nos van a invitar a seguir el proceso.
El Alcalde Gerardo Máez se refiere a los ataques a los alcaldes. Los procesos judiciales. También a la normativa que prohíbe la organización de actos electorales en los municipios sujetos a estados de excepción.
Podría haber una reacción popular si se hace una farsa electoral. Voto de castigo al gobierno, pero también por parte del chavismo. Henry Ramos afirma que quieren la sensatez. Ellos son los que van a heredar.
Jesús Torrealba concluye la reunión llamando a dos elementos fundamentales: ley de amnistía y solución económica.
Los familiares de los presos políticos
Concluida la reunión, pasa el testigo a los familiares de presos políticos, un encuentro al que acude Mitzy Capriles, la mujer del alcalde sometido a arresto domiciliario, Antonio Ledezma, y el abogado de Leopoldo López. No puede estar con nosotros Lilian Tintori: las agendas de los componentes de la misión y la suya no han podido ajustarse.
Mitzy nos explica la situación de su marido y nos pide que le visitemos. En un primer momento, por razones de agenda, la cuestión parece complicada. Pero Gabriel Mato y yo mismo acordamos intentar convencer a Ramón Jáuregui para al menos hacer alguna gestión en ese sentido. Una vez consultado el asunto con la embajadora, esta sugiere enviar una petición formal al gobierno, cosa que hace después de obtenida nuestra conformidad. Finalmente, las condiciones de la visita se concretan en tres: no habrá prensa, estaremos los tres diputados además de Aude-Maio y solo durará 15 minutos.
El abogado de López nos explica su situación procesal. Están trabajando por la anulación del procedimiento basado en vicios de forma —a los que se han unido recientemente las declaraciones del fiscal. Esa ha sido la recomendación que les ha hecho llegar Felipe González. En cuanto a que en el trámite de apelación pueda verse elevada la pena, dice que no está prevista esta eventualidad en la ley penal, pero que en Venezuela todo es posible.
Según la sentencia que condenaba a Leopoldo López, este hizo «llamados a la calle», los cuales produjeron hechos violentos. «Determinados» por López, un grupo de personas efectuaron un ataque contra la sede de la fiscalía, incendiaron 7 vehículos —de los que 6 eran patrullas policiales y dañaron una plaza. Curiosamente, la sentencia hace una apología del liderazgo de López.
Según la defensa, sin embargo, los hechos no estaban relatados de manera precisa, no se indicaba la ubicación de los sucesos, se omitían las horas de los eventos, no se expresaba el contenido de los discursos de López. Tampoco su forma de relacionarse con los otros acusados, no se indica la ley que se dice López pudo incumplir, tampoco la estructura del supuesto grupo de delincuencia organizada.
Los delitos por los que fue imputado son el de determinador en los delitos de incendio y daños, instigación pública y asociación para delinquir. La pena correspondería al grado medio de cada delito, 3 años y 9 meses.
Además de basar su argumentación la defensa en el libre ejercicio por el acusado de su derecho a la expresión, esta afirmaría la existencia de vicios de forma en la sentencia. El de no motivación, no considerando pruebas la declaración de adolescentes no enjuiciados que confesaron ser autores de los daños, omitiendo comentarios de peritos y testigos que exculparían a López respecto del contenido de sus discursos. La sentencia tomaría en consideración fotografías que no fueron exhibidas en el juicio. También resulta contradictoria ya que menciona el discurso supuestamente violento de López, aun reconociendo sus llamados «a la paz y a la libertad». Todo eso lo llevarán —anuncia— al recurso de apelación.
Además nos señalaría los vicios del proceso. El juicio no fue público, no se admitieron las pruebas de la defensa, a pesar de ser condenado por su discurso este no se exhibió en el juicio, se prescindió de pruebas, se limitó el tiempo de exposición de las conclusiones y se prohibió que López hiciera uso de medios audiovisuales en apoyo a su discurso final.
Salgo unos minutos de la reunión, apenas acabada esta, para atender la petición de entrevista con la mujer de otro encarcelado por motivos políticos. Una nube de fotógrafos nos acompaña hasta que llegamos a una mesa separada de los reporteros gráficos por unos visillos, que los medios gráficos corren para continuar obteniendo instantáneas.
A mi regreso a la sala, donde procederemos a una reunión con la sociedad civil venezolana, una periodista me pone el micrófono en la boca para pedirme unas declaraciones. Le digo que la tenemos prevista para esa tarde, como conclusión y valoración de nuestra visita.
Una rueda de prensa que, por cierto, tampoco estaba prevista en nuestra agenda previa. Pero que se organizaría finalmente debido a mi insistencia. «No podemos salir de aquí sin decir nada», le hago ver a Jáuregui. Y le sugiero que diga que vamos a pedir una delegación que represente al Parlamento Europeo en las elecciones del 6D. Y que, en cuanto a lo que hemos visto durante nuestra visita, bastaría con que declaremos lo que son principios básicos de una democracia —precisamente los mismos que se conculcan en Venezuela— sin necesidad de advertir que todo eso ocurre en ese país.
A buen entendedor...
(PRÓXIMA ENTREGA: 10. La situación económica)
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