Nada más llegar del aeropuerto planifico la semana con Valentina y Adrián, mis asistentes. El almuerzo de ese día queda reservado para hablar con Javier Nart acerca de nuestra intentada visita a Gaza, que el gobierno de Israel parece dificultar.
Javier llega al comedor del Jan en el Parlamento Europeo, pero su dedicación al trabajo le lleva a comer siempre un bocadillo en su despacho, de modo que no conoce el rito del pago previo al acceso y piensa que alguien va a atenderle. Se lo explicamos, paga y se sienta a comer. Pide el plato fuerte al principio para pasar luego a las verduras. Como podemos comprender, por lo tanto, Javier es partidario de una reacción fuerte por parte del grupo ALDE en relación con el gobierno israelí, pero a nosotros nos parece mejor un comportamiento más diplomático, que pase por una petición de entrevista con el embajador. Le convencemos. Después de una gestión con la representación diplomática de Israel, el jueves me llaman para decirme que el embajador se encuentra en su país, para atender la visita de la Alta Representante, pero que no tiene inconveniente en reunirse con nosotros. La reunión tendrá lugar el lunes que viene, en el Parlamento.
Luego empieza la locura parlamentaria habitual. Hay dos reuniones preparatorias, para AFET y para Cultura. Valentina atiende la de cultura y Adrián y yo nos vamos a AFET donde analizamos de manera muy especial los aspectos principales que surgieron de la reunión sobre objetivos estratégicos de ALDE en materia exterior. Tratamos de la política de vecindad, como una responsabilidad especial de la UE; de la ampliación; de seguridad y defensa; DDHH; ayuda humanitaria; la UE como actor global y socio estratégico y, para terminar, dedicamos un comentario de apoyo a la acción de la nueva Alta Representante.
De ahí pasamos a la comisión AFET, donde Herbert Salber, Representante Especial de la UE para el sur del Cáucaso y la crisis de Georgia nos habla de la experiencia de que lamentablemente no se resuelven los problemas. El proceso de Ginebra es muy frágil. Hace una crónica de las dificultades, aunque dice que el mes de octubre ha ido mejor. Se refiere a la tensión política. Buscan el no reconocimiento de las organizaciones separatistas, pero sin perder el contacto con ellos. Son diferentes Osetia del Sur y Abjatia. Hacen un seguimiento de la situación general en Georgia, el problema con los armenios. En Nagorno-Karabaj, apoyan los esfuerzos del grupo de Minsk. En agosto hubo más de 50 muertos. No se trata de un conflicto congelado, sino de un conflicto vivo que se puede agravar. Ha visitado Baku y las condiciones de vida de los refugiados. La parte acerí no admite que haya representantes.
Salgo de la reunión para entrevistarme en mi despacho con la representante de la ONG EUCIS, Audrey Frith. El objetivo de la reunión es la preparación del informe del que soy ponente, relativo a «Europe for Citizens».
Pasa después por mi despacho, Sebastian Mueller, de la cadena de televisión húngara RTL. Nos cuenta que el gobierno de su país ha establecido un impuesto sobre los ingresos a las televisiones privadas y que su beneficio como consecuencia se ha reducido a cero. Una eficaz medida para incrementar los recursos del Estado y atentar, a la vez, contra la libertad de prensa y de comunicación, pienso. También nos hablan de la tasa de acceso a internet que ha provocado recientemente protestas en Hungría.
También recibo a Francesco Magni, un joven graduado en materia de cultura.
Paso después al despacho de Maite Pagazaurtundua, donde analizamos diversas cuestiones que afectan a los tres eurodiputados de UPyD.
La mañana del martes da comienzo con la segunda parte de la reunión de AFET en la que interviene Jerzy Poniatovaki, en representación de la FED -Fondo Europeo para la Democracia-. Este se refiere al sistema de aportaciones voluntarias que tiene el fondo. La financiación es muy importante. Hay que presionar a los países para que los luchadores por la democracia tengan un campo de actuación. El Fondo -afirma- es un instrumento. Fue creado con ocasión de la “primavera árabe”. Destaca la necesidad de la inmediatez en la actuación. Se trata de ayudar a la sociedad civil, no a las instituciones, porque muchas de ellas no son democráticas. El Fondo se ocupa de 13 países vecinos de la UE, aunque se están pidiendo ayudas por parte de otros países. En el turno de preguntas, Alexander Lambsdorff, de ALDE, se refiere a cómo se puede mantener el pulso con los recortes que se están produciendo. Italia y Francia no pagan nada. Se debería producir un equilibrio entre el norte y el sur -dice el eurodiputado por el FDP-. España está dispuesta a hacer alguna aportación, a pesar de la crisis.
Pero debo abandonar la comisión AFET para dirigirme a la de Cultura, donde se habla del premio Lux del Parlamento Europeo. Tampoco me puedo quedar durante el resto de la reunión, porque me he comprometido a asistir a la rueda de prensa que los eurodiputados de C’s han montado con la organización «Sociedad Civil Catalana», y que dirige Nart con precisión de Mr. Guillotin —llega incluso a cortar la grabación de Borrell—, pero es que el máximo protagonista en el Parlamento Europeo se llama “tiempo” y ya tendremos la oportunidad de escuchar esa misma tarde sus sabias palabras.
Comemos a continuación en el hotel Radisson. Nart dirige a Santiago Fisas un apasionado comentario sobre la inacción del gobierno español respecto del proceso soberanista de Cataluña, que el diputado del PP recibe con elegante estoicismo.
DEBATE CON “SOCIEDAD CIVIL CATALANA”
Esa tarde tiene lugar el debate con la Sociedad Civil Catalana, en el que intervenimos Nart, Fisas, Jauregui y yo. Mis palabras son las siguientes:
«Yo no les voy a hablar del proceso soberanista en Cataluña ni de cómo afecta eso a la sociedad civil, a los ciudadanos, a las libertades, a quienes aborrecen ese procesó por tantas razones como las que se están poniendo aquí de manifiesto. Pero sí que les podría hablar de otro proceso soberanista, del que fui testigo: el impulsado por el lendakari del Gobierno Vasco,Juan José IBARRETXE. Una persona a quien conocí bien. Ya en mi entrada en el Parlamento Vasco en 1990, Ibarretxe era presidente de la Comisión de Hacienda de esa institución, pasaría después a vicepresidente del gobierno de coalición PNV-PSE (PSOE), con José Antonio Ardanza como presidente. Para luego ser proclamado lendakari.
Ibarrtexe promovió una modificación estatutaria que convertiría a Euskadi en un Estado Libre Asociado a España (algo así como lo es Puerto Rico en relación con los EEUU). Ese proyecto lo llevó al Congreso, donde fue derrotado por la mayoría de la Cámara. El proceso duro unos 4 años entre su presentación al Parlamento Vasco en 2001 hasta su rechazo por el Congreso en 2005. Para la aprobación de esa incoativa, IBARRETXE había anunciado también la convocatoria de un referéndum que, dado el rechazo del Congreso no llegaría a producirse. Nadie, desde el nacionalismo vasco, hizo el más pequeño ademán de convocarlo tras de esa negativa. El proceso soberanista del nacionalismo vasco concluyó con más pena que gloria para sus impulsores.
Agudizaría las tensiones en el seno de su partido, generaría un liderazgo más moderado en su seno, el de Josu Jon Imaz, y quedaría agotado. Sin embargo, produjo el perverso resultado de la división de la sociedad vasca en dos espacios contrapuestos. Una sociedad que aún no había conseguido resolver el drama del terrorismo etarra, que aún hoy en día sigue persiguiendo sus objetivos fundacionales, por cierto.
La división entre buenos y malos vascos, la marginación de los pretendidamente malos. Una división que se vivía en las familias y en los espacios comunes (en los bares, en las plazas…) pero que no se llevaría —todo hay que decirlo— a las manifestaciones multitudinarias. En la actualidad, el auge de Bildu —que controla la provincia de Guipúzcoa—, la deriva soberanista en Cataluña y la conservación de su estatus económico fiscal, a través de los conciertos económicos, que la integración europea está poniendo en cuestión, han supuesto que el PNV y el actual Gobierno Vasco en minoría asuma un papel expectante ante este asunto. Sabe que tiene más que perder que de ganar.
Dicho lo cual, y sin perjuicio de la diferencia puntual del proyecto IBARRETXE en relación con el del nacionalismo catalán en cuanto a si de lo que se trata es de una asociación libre o de la independencia, es lo cierto que ambos proyectos tienen en común que esas posiciones resultan abiertamente anticonstitucionales. También tienen en común que fragmentan a sus sociedades.
En los asuntos importantes, la política debe procurar unir, no dividir a las sociedades en las que actúa. El consenso es un valor que defender y un objetivo que conseguir. La política debe servir para resolver los problemas, no para crearlos. Pero me interesa hacer referencia a un asunto que tiene que ver con las reacciones que esos procesos suscitan por parte de las instituciones que lo son de todos, de las españolas en este caso.
Una de las expresiones que más me han dolido en este proceso es la de «nos han dejado solos», procedente de los catalanes que no participan de ese proceso soberanista, que no aceptan esa deriva. Porque a los vascos no nos dejaron solos. Es verdad que nosotros mismos establecimos en su día un dique de contención respecto de esa deriva soberanista. Lo hicimos desde los partidos constitucionalistas, lo hicieron sindicatos y empresarios, lo hizo la sociedad civil representada —entre otras asociaciones— a través de la plataforma ¡Basta Ya!, en la que tuve el honor de participar. Y lo hizo el gobierno de España, quien asumió un papel activo en la defensa de los valores comunes, en la idea de una España integradora y amable, pero firme en la idea de su unidad.
No es suficiente la proclamación de que se está dispuesto a cumplir la ley. Un gobierno que diga que va a cumplir los preceptos legales es un gobierno que cae en la tautología. Un gobierno, por definición, no puede prevaricar; menos aún proclamar que lo va a hacer. El cumplimiento de la ley es una condición necesaria para que un gobierno exista. Después tiene que gobernar, tiene que decidir, tiene que liderar, no mantenerse de perfil, a un lado, pensando que los problemas se resolverán por sí mismos. Y son muchas las maneras de intervenir en un proceso de estas características. Tengo la sensación de que ninguna de ellas se ha intentado por el Gobierno. Y esa es la diferencia que me interesa resaltar esta tarde aquí, la inacción, la irresponsabilidad y la responsabilidad —las dos cosas— de un gobierno que ha permitido confirmar que esa critica a que antes hacia referencia, “nos han dejado solos”, se produzca y sea además, por desgracia, cierta. Saludo a quienes en medio de la adversidad, solos, pero resueltos, han levantado la bandera de la sociedad civil en Cataluña, libres, dispuestos a enfrentarse a esa deriva con muy pocas ayudas, jugándosela ante un medio hostil. Ellos son los mejores, sin duda, y merecen toda nuestra simpatía.»
Me corresponde después moderar el coloquio, con lo que no puedo asistir a la reunión preparatoria de la Delegación del Magreb. Sin embargo, tampoco su presidente ha podido llegar, con lo que la reunión no se ha celebrado finalmente.
Concluido el acto, me reúno con una representación de ECAS Citizens, para continuar con el análisis de las ideas para el informe sobre el programa que ya me he referido arriba.
Después, y con el mismo objetivo, mantengo una interesante reunión con la ONG “European Youth Forum”.
Salgo hacia la casa de Sir Graham Watson, que me ha invitado a cenar. Allí nos encontramos un grupo de liberales, dispuestos a pasar un bien rato y a comer buenos platos de la cocina Toscana. Watson nos explica que los gráficos de las encuestas demuestran que el incremento del voto al UKIP son paralelos a los de la inmigración. Sin embargo, añade, los empresarios prefieren a los trabajadores del este de Europa. «En general están bien preparados y a veces hablan mejor inglés», asegura con ironía británica,
SEGURIDAD Y DEFENSA: DE CONCEPTOS Y PRINICIPIOS A PRAGMATISMO EN LAS MISIONES
El miércoles da comienzo con una reunión de la subcomisión SEDE —Seguridad y Defensa. Walter Stevens (presidente del Comité Político y de Seguridad), empieza hablando de la operación Atalanta y de la operación civil en Malí. La UE no tiene capacidades, la tienen los Estados. Y está el problema presupuestario. Pone el ejemplo de Libia, suministro de combustible en el aire. La UE debe asumir prioridades para su propia seguridad. Al principio, lo importante eran los conceptos, los principios… Ahora se hace un enfoque más pragmático. Pero hay elementos más complejos, que exigen que se trabaje con socios (OTAN, UA, ONU…) Y dentro de la UE. Se trata también de capacitar a los Estados para que trabajen en su propia seguridad. Hay resultados, en ciberseguridad, en protección marítima… Está el asunto del presupuesto. El problema de los créditos comprometidos y los pagados, si se paga sólo la mitad de lo comprometido se puede hacer poco. Por un lado, se trata de reducir el coste y elevar la financiación, por el otro. Por ejemplo, la misión militar y la civil en Malí deberían poderse instalar en el mismo lugar. Hay que aplicar el tratado de Lisboa, pero hay que contar también con la voluntad política de los Estados miembros. El principal desafío es que el entorno de la seguridad es nuevo y hay que saber cómo afrontarlo. Anexión de Crimea por Rusia, el EI… las sanciones, el embargo de armas parece que funciona. Pero también nos afecta. Las que se han planteado respecto de Rusia, hace algún tiempo eran inimaginables. Cortar el suministro de dinero al EI. La acción militar es necesaria, pero no suficiente. También la política, lo hemos visto con el gobierno de Al Maliki. En Líbano, para apoyar a su ejército. En cuanto a Gaza, hay que avanzar. Una solución global, sostenible… Se refiere a Libia, donde el gobierno ni siquiera está en la capital. República Centroafricana, intervención en el Sahel, en Níger. Insiste.
CULTURA EN LA CADENA France24, CON SYLVIE GUILLAUME
Vuelvo a mi despacho para preparar el debate que mantendré esa misma tarde con la vicepresidenta del Parlamento y socialista francesa, Sylvie Guillaume,en France24. Estudio el guión que me ha preparado Valentina y recojo los mensajes a emitir. La grabación durará 15 minutos, así que no habrá muchas cosas que decir.
Llegamos al plató, y después de la sesión de maquillaje advierto la preocupación de Valentina. «¡Estas más nerviosa que yo!», le digo. «¡Es mi-nuestro primero debate!», contesta. La emisión empieza con unas imágenes de Bilbao, el Guggenheim y la Coral, la rebaja de los presupuestos en materia cultural… Guillaume —que es de Lyon— dice que Bilbao le recuerda a su ciudad. Yo digo que los recortes en cultura son generales en toda España, pese a que este asunto está transferido a las autonomías. Hablo del Reina Sofía, del Prado, del Instituto Cervantes… Pero cuando me lanzo a hablar de la lengua española y de su protección exterior, me corta la moderadora. Vamos a Navracsics. Digo que ALDE estaba en contra de su nombramiento, y que la reducción de su cartera en lo que se refiere a ciudadanía es simplemente un cambio cosmético; que nuestro grupo ha llegado a tener dudas respecto de su voto a la Comisión por esta causa. Guillaume dice que lo votamos. Yo insisto y digo que vamos a seguir su gestión con cuidado; no en vano, el gobierno húngaro está gravando los ingresos —no los beneficios— de las emisoras de televisión y estudiando una tasa para acceder a internet. Guillaume está de acuerdo. Pasamos a los programas culturales de la UE,Europa Creativa, que ha aumentado un 9% y Erasmus, un 50%. «¡Eso es educación!», exclama, cartesiana, la francesa. «También es cultura», digo. Pero cuando intento referirme al programa Europe for Citizens me vuelven a cortar. Aún así puedo referirme luego a la relación entre cultura y desarrollo económico, de acuerdo con las propuestas de Juncker y pongo el ejemplo de Albarracín y de la misión de la Comisión de Cultura que estoy impulsando.
Salgo del debate y parece que Valentina está satisfecha. Me dirijo a un acto organizado por mi compañera de ALDE, Cecilia Wikstrom, que lleva por título, «European Populism and winning the immigration debate». «La derecha, el centro y la izquierda… Hemos perdido las elecciones», asegura Cecilia en su intervención.
MAGREB: TÚNEZ TRAS ELECCIONES, MARRUECOS, LIBIA
El jueves los sindicatos han decretado huelga general por los recortes emprendidos por el nuevo gobierno que preside Michel. Llego al Parlamento, donde tenemos reunión de la Delegación del Magreb, que empieza con una comunicación del presidente. Este se refiere al recorte del presupuesto y a la composición de las delegaciones que viajan al exterior. En cuanto a las elecciones en Túnez, se limita a decir que se han celebrado con tranquilidad; cuando se celebren las presidenciales, tendremos la fotografía completa. Europa —afirma— debe estar presente y debe brindar su respaldo. La historia nos demuestra que la crisis abre brechas en las democracias. A continuación se producen una serie de intervenciones referidas al papel de la mujer, sobre todo; a los jóvenes, que no han participado. Como conclusión, y antes de pasar a las intervenciones de las invitadas, el presidente evoca la necesidad de crear una Comisión Parlamentaria UE-Túnez. Fathma Garbi, parlamentaria tunecina que lleva la cabeza sin pañuelo alguno, se refiere a la abstención de los jóvenes, del 65%. Hace una crítica al partido Nahda. Han tenido que luchar contra el proyecto islámico de dar un paso atrás en relación con la mujer, asegura. Propusieron una paridad en la cabeza de lista, pero no fue aceptada. En cuanto a los jóvenes, la ley electoral establecía que hubiera un menor de 30 años entre los 4 primeros: pero siempre iban en el número 4, dice. Habla también de la transparencia en la gestión de los recursos, que no existe. Hay un partido, cuyo jefe vive en Londres y dirige su organización por Skype —no deja de ser una novedad para los seguidores de las posibilidades de los nuevos sistemas de comunicación y gestión…— Ese partido es el 4º más votado en Túnez y se denomina «Unión Patriótica Libre». A continuación toma la palabra Rachida Tahri, del parlamento marroquí. Las elecciones, asegura, han llevado al poder a un partido tradicionalista. La Constitución habla 12 veces de igualdad, pero no se ha aprobado ninguna ley orgánica en ese sentido. Se refiere a la corrupción. A la lentitud en el proceso. DDHH, mujer, democracia. Analiza después las 3 reformas pendientes: jubilación; sistema sanitario y mujer, que con este gobierno ha dado un paso atrás. Amal Bayou, de Libia, interviene en inglés. No hay democracia sí la ley no se puede ejercer, afirma. Deben retirarse las armas a las milicias, pero no lo pueden hacer solos. No se trata de la “primavera árabe”, tampoco del invierno, sino más bien del otoño, cuando caen las hojas; pero si el árbol está sano la vida volverá a fluir, afirma esperanzada la que quizás tenga menos motivos para la esperanza. Concluye el turno de intervenciones la argelina Hafida Benchehida, que también dice que ha existido una baja participación, especialmente por parte de los jóvenes. Que no todos los medios de comunicación están con el gobierno. Se refiere a la fuerza de la tradición. Para ella no ha existido primavera, sino más bien concienciación.
Adrián y yo almorzamos brevemente un sándwich -el restaurante Jan está cerrado por huelga- con Eduardo Trillo, buen colaborador en la etapa en que yo coordinaba el grupo internacional en UPyD.
Así concluye este encuentro y la semana. La reunión que tenía más tarde se ha debido cancelar también por efecto de la huelga. En todo caso, tampoco ha resultado corta en acontecimientos.
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